Historia de la Casa

La fundación de la Casa

Una organización, colectivo, espacio social recreativo de marcado acento folclorista que se ha convertido hoy en La Casa de Todos: los de aquí, los de allí y lo del más allá, en línea con una población andaluza asentada y enraizada en la isla que vive y siente esta tierra como la puede saborear cualquier mallorquín.


No podía ser de otra forma dado el protagonismo social labrado en este último medio siglo cuando Baleares ha vivido la mayor transformación histórica. Cinco décadas donde la Casa de Andalucía es hoy escenario ejemplar de todo este proceso de cambio y transformación histórica. Cinco décadas donde La Casa ha pasado por todo lo que se tenía que pasar: desde su práctica ruina (la primera, el año siguiente a su fundación) hasta el éxtasis popular con su proyección multitudinaria tras el éxito de la Feria de Abril en Palma,


En medio de todo lo que queda una historia de grandes gestas, de entrega desinteresada y de ayuda altruista o no pocas familias que han llamado la puerta de esa Casa de Todos pidiendo ayuda. Un acento social que está en el quicio de la puerta y en sus postulados de fe desde su bautismo y que sigue presente hoy como uno de los pilares básicos de la institución.


En los orígenes de la Casa de Andalucía en baleares, sólo una cosa es cierta:primero fueron los andaluces y después llegó la Casa. Primero fue el aterrizaje, la llegada en un goteo continuado y regular de decenas, cientos, miles de inmigrantes llegados a Mallorca desde todos los confines y latitudes de Andalucía. Después fue el nacimiento de una entidad que fue fundada oficialmente en abril de 1967. No quiere decir que antes no existiera porque la oficialidad, de todos es conocido, siempre anda por detrás de la realidad. Por ello todo apunta a que con una denominación no idéntica a la de la Casa Regional de Andalucía, pudo existir antes de esa fecha alguna clase  de asociación de andaluces llegados a Mallorca ante de los 60 pero a lo que apenas conocemos nada.


La única Casa Regional de Andalucía que aparece como tal reconocida oficialmente, inscrita en el registro de asociaciones

del Gobierno Civil y a la que el gobernador civil de Baleares le da el visto bueno, nace el 20 de abril de 1967.

Ese día de primavera el gobernador civil de Baleares rubrica su constitución tras el clásico "Dios Guarde a usted muchos años" y después de dar el visto bueno a sus estatutos.

La casa de todos

El patrimonio fundacional de la Casa fue de 25.000 pesetas y queda definida como una asociación de carácter cultural, benéfico y social. Hay que tener presente que frente a la naturaleza dictatorial del régimen franquista y la falta de garantías y derechos de representación n los órganos de gobierno y poder local, regional o nacional, asociaciones como la Casa Regional de Andalucía es un órgano de representación donde las decisiones se adoptan en los órganos de gobierno de la Junta Directiva mediante el sistema democrático de un socio un voto.


Socios como queda establecido en el capítulo 2 había tres clases. En primer lugar estaban los socios honorarios de los que a juicio de la junta general y en atención a su cargo y a los méritos y servicios realizados en pro de la asociación o de Andalucía sean aceptados como tales. A ellos se unirán los socios de número que serán los nacidos en Andalucía y los hijos de padres andaluces que sean inscrito de la forma reglamentaria. Por ´último estarían los socios simpatizantes que serán todos aquellos que no reunieron las condiciones indicadas soliciten su ingreso en la asociación y estén dispuesto a cooperar enla consecución de sus fines, sea cual fuera su origen.

La casa nacía con 95 socios tal y como figura en la lista entregada al Gobierno Civil en el que se da luz verde a la fundación de la casa. La entidad se fundó con una serie de donativos realizados por los primeros socios y que ascendió a 4.223 pesetas.


La cuota mensual era de 100 pesetas como lo pone de manifiesto las 200 pesetas que se le cobraron al señor Quiroga los meses de junio y julio por ese concepto.


Fue un hito en el arranque de una casa Regional de Andalucía de Palma de Mallorca que perdía a su presidente Pablo Borrachina Palenzuela el 11 de enero de 1969, cuando presentaba su dimisión irrevocable.


El Jefe de sección del Ministerio de la Gobernación rubricaba esta declaración el 13 de noviembre de 1970.



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